Creció en un pueblo de Piamonte, quedó huérfano de padre a los seis años y durante toda su vida tratará de vencer la soledad interior y amores no correspondidos. A los diecinueve ya se declaraba cansado -"se me escapan las ganas cada día más"- y se definió a sí mismo como "Maestro en el arte de no gozar".
Sus célebres frases, extraídas de sus narraciones y poemas, se han vuelto famosas por tratar de manera concisa e irónica temas existenciales universales.
Escribió Pavese:
“Uno no se mata por el amor de una mujer. Uno se mata porque un amor, cualquier amor, nos revela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada.”
“Pero lo grande, la tremenda verdad es ésta: sufrir no sirve de nada.”
“El arte de vivir es el arte de saber creer en las mentiras.”
“En general está por norma dispuesto a sacrificarse quien de otro modo no sabe darle un sentido a su vida.”
“La dificultad de cometer suicidio está en esto: es un acto de ambición que se puede cometer sólo cuando se haya superado toda ambición.”
El 27 de agosto de 1950 se suicida tomando gran cantidad de somníferos en un hotel de Turín. El 16 había escrito: “Un clavo saca a otro clavo, pero cuatro clavos hacen una cruz” y “mi obra pública está acabada en lo que me es posible. He trabajado, he dado poesía a los hombres, he compartido la pena de muchos”. El 17 escribió: “No deseo nada más en esta tierra. Este es el balance del año no acabado, que no acabaré”. El 18 acaba: “No escribiré más”. Y en el cajón de esa habitación encontrarán un poema: “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”. Los de ella.
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