Me senté y enfrenté adversidades, junto con un papel y la palabra defendí lo indefendible, creé utopías, gobiernos aristócratas donde la fortuna fue el amor, la moneda de cambio una sonrisa y la pena máxima morir triste. Superé las trabas de renglones, fumé mas ideas que cigarrillos, hice retroceder el tiempo con solo mover las manecillas. Escribí pensamientos que huían despavoridos, molinos en forma de tinta donde me convertí en Quijote. Broté en mentiras, mientras masacraba el lápiz con verdades que nadie quiere oír.
Perdí el sentido, el camino, mi norte. Rompí los gritos de mi cabeza, ahogando al silencio de un pasado sin escribir. Tropecé mas veces de las que late un corazón, hice borrón y cuenta nueva, pero me quedé con una copia, para no olvidar quien soy.
Salté los arpegios de voces que solo buscaron hundirme. Me topé con paredes para derribar, otras para acariciar y otras para reflexionar. Maldije mirando al cielo, al de enfrente y al espejo. Vi la ruta perdiéndose en el horizonte, junto con el sol que saludaba a la luna. Escupí hacia arriba y aprendí a nunca volver hacerlo. Demostré que lo mas importante no es una cara bonita, si no, lo que puede esconder atrás de ella. Estallé de felicidad, también de furia y de lágrimas.
Me mostraron que las oportunidades pueden darse dos veces, pero la segunda siempre es mas amarga, que un beso no es amor, que el amor dura un día, un mes o una vida. Guardé silencios cuando las preguntas no paraban de caer. Hablé cuando nadie pidió mi opinión y pedí opiniónes sin estar preparado para ellas.
Besé bocas que me dejaron un sabor amargo, otras que fueron cocaína, otras que simplemente fueron como viento. Tomé decisiones de las que me arrepiento, otras que salvaron lo que soy. Traté con diablos camuflados de princesas y con ogros que solo buscaban un poco de afecto. Tatué mi corazón tantas veces, que ahora está negro. Me imaginé en tantas vidas que empecé a olvidarme de vivir.
Resurgí entre ríos de tinta, respirando aire caliente, chocando con realidades que ahora son ficciones. Creé los monstruos mas temibles mientras estaba en la oscuridad, mientras que ángeles como luces me tendieron la mano luchando contra ellos. Burlé a la muerte y me aseguro que volvería. Luche con el alma a mi lado, a veces perdimos, a veces ganamos. Conviví diariamente con esta mente descarrilada, algo saturada por el paso de los días.
Aprendí que todos los días son nuevas razones para levantarse, cueste lo que cueste. Aprendí a dar una caricia esperando el golpe mas fuerte, que los dolores no duelen en la piel, si no, adentro. Destruí mi vida por unos instantes, pero una mano helada me trajo a ella nuevamente. Seguí pensando en que el suicidio es la única opción, y mentiría si dijera que no lo sigo deseando.
Me faltan aprender miles de cosas, vivir miles de experiencias, aunque lo mas importante, me falta aprender a como olvidarte.
Escrito no identificado
¿Es de tu autoría?
ResponderEliminar