sábado, 31 de mayo de 2014

Odio

Odio no ser fuerte.
Odio que la gente crea que el suicidio es para cobardes.
Odio no tener la forma de salir cuando el dolor y la oscuridad de la realidad te encierran en una habitación sin ventanas.
Odio más que nada, tener que renunciar a mis sueños y mis metas.

Odio las personas.
Odio tener que elegir.
Odio el materialismo.
Odio la estupidez.
Odio la inestabilidad.
Odio las ideas que nos han establecido.

¿Qué me dará fuerzas si mis sueños han muerto? Y la respuesta siempre es "nada".

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