viernes, 18 de enero de 2019

Jacques Rigaut | "Mi libro de cabecera es un revólver"


"Mi libro de cabecera es un revólver y quizá alguna vez al acostarme, en vez de apretar el interruptor de la luz, distraído, me equivoco y aprieto el gatillo."

Jacques Rigaut nació en París el 30 de diciembre de 1898, fue un poeta surrealista francés y formó parte del movimiento dadaísta. Su trabajo trata a menudo sobre el suicidio, hasta el punto de que llegó a considerar su consecución exitosa como su principal ocupación en la vida.

Sobre él se ha dicho que fue a la edad de 20 años cuando decidió su destino, consideraba que no sólo el dolor sino también la ausencia de placer era un mal intolerable. Se cuenta que este no solo centró su creatividad artística poética al problema de la autodestrucción sino que fundó la Agencia General del Suicidio; una sociedad real en la que aleccionaba sobre maneras de matarse y facilitaba a los futuros suicidas todo lo necesario para el acto final.

sábado, 5 de enero de 2019

Desorden Químico

No recuerdo cuando comenzaron mis ataques, mis episodios de ira, gritos y acciones irracionales ante ciertos cambios  de ánimo, situaciones o dichos de personas. Solo llorar y gritar sin importar donde estuviese o si la gente de alrededor me observaba, no podía controlarme, solo sucedía y terminaba abatida en el suelo.

Estaba comenzando mi adolescencia eso es algo certero. Imágenes de mis padres tratando de hacerme reflexionar y explicándome las consecuencias de los actos, estoy rememorando en este momento. Haber dejado la escuela  por no poder soportarla, soportarlos y soportarme, también la vez que comenzó todo esto de las “pastillas de felicidad” siendo el diagnóstico del trastorno bipolar que luego pasarían a  rectificar como esquizofrenia o con cuantas otras palabras que jamás me importaron; solo sé que quería mejorar pero luego pensaba que sería imposible cambiar mis pensamientos.

Me recetaron unas cuantas píldoras; antipsicóticos y  antidepresivos  eran mi desayuno, almuerzo y cena. Pero ellas solo lograban confundir mi mente, me atontaban y me hacían dormir, despertaba más cansada aún y con dolores físicos. Las dejé de tomar.