Como jamás he podido evitar, mi mente comenzó a viajar y adelantarse a los hechos futuros, a recorrer el camino hasta lo que podría suceder, imaginando cada detalle de lo que sería mi encuentro con esa persona y lo que me diría en ese momento. Y sabiendo que estaría horas en ese ansioso estado antes de lograr dormirme, consideré que esta "capacidad" que generalmente resulta ser un problema podría ser de ayuda en la elección de lo que le contaría al especialista y así estar mejor preparado para la ocasión real.
Admitiendo que mi imagen no hablaría por mi, porque mi cascara es similar a todas, traté de adivinar cual podría ser su primera pregunta en la entrevista , ya me veía sentado frente a frente y al él tomando notas (prejuicio de la profesión), pero ¿qué es lo que dicen ellos al empezar? yo no lo sé, pero si sé que es lo que preguntan todos, el típico "¿cómo te sientes?" y lo pondré en sus palabras porque al fin de cuentas es una persona más.
Y pensé, y reflexioné detenidamente en ello: ¿qué es lo que siento? ¿acaso puedo describirlo?... Lo intentaré por lo menos.
Señor siento como si el mundo se hubiera detenido, que solo
vivo en las ideas y las emociones (solo ellas mantienen esta inquieta calma).
He perdido el temor al dolor y a la muerte pero no logro tener las ganas
suficientes para moverme, entonces siento el peso de la contradicción entre lo
que quiero y lo que hago.
Siento, creo y sostengo que mi único futuro es la cercana
muerte, pero esporádicos momentos suelo sentir intentos en mi mente de querer
cambiar ese pensamiento e imagino (o tal vez deseo) que me ocurra un hecho lo
suficientemente traumatizante (hipotéticamente salen posibilidades) que logre revolucionar
mi ser y así poder viajar más allá que solo con la imaginación.
Al situarme constantemente al filo del tiempo, todas las
demás cosas han adquirido el sabor de lo absurdo e insignificante, siento
indiferencia por lo cotidiano y el chiste apenas genera una mueca en mis
labios.
Me siento adormecido como por obra de narcóticos y cuando
salgo al exterior se produce un aturdimiento extraño, las voces retumban
pero las palabras son lejanas. Mis ojos no soportan demasiado brillo y solo miran el piso.
Mi empatía solo responde a las descritas sensaciones, por
eso leo, escucho música y veo películas que la correspondan y a su vez siento
como me encuentro atrapado en ese círculo, alargando emociones que para muchos
solo son momentáneas. Encuentro gente en este estado pero apenas suben siento
que no me entienden cuando les digo que aún sigo abajo, que aún deseo mirar
hacia el abismo, que pareciera que la muerte me ha hipnotizado.
Como el tiempo ha pasado desde aquella, indeterminada temporalmente, “primera
vez de la sensación”, siento que ha disminuido su intensidad y como ordinario
adicto surge en mí cierto anhelo por los momentos donde la droga era más fuerte.
Y a eso se yuxtapone el volver a dar cuenta del correr del calendario, la
amargura del reproche de mi inconsecuencia comienza a atacar, pero al rato mi odio se vuelve a convertir
en tristeza y todo sigue.
A mi juicio le envuelve una especie de frialdad pero
contrariamente a esta siento que solo se trata de una saturación de las emociones,
ya no puedo sentir otra cosa diferente a este extraño pesar.
Cuando estoy frente a otras personas me siento solo, como si
fuera el espectador de una película, aunque en momentos creo que me ven (algunos de
ellos, que algo deben saber) y cuando sus ojos se apoyan en los míos siento que
enseguida los retiran asustados por
temor de caerse dentro, en mis emociones. Luego solo vuelven a lo suyo y se
olvidan tan rápidamente que solo alcanzo a guardar instantáneas en mi memoria
de esos cruces de mirada. Pienso que no sienten miedo de mi sino de ver lo que
yo veo, de sentir lo que yo siento (por lo menos eso los justificaría, así no siento odio).
Pero hay una excepción a esa inalterable y constante
sensación. Se produce cuando la debilidad busca otra víctima, cuando son ellos
(los “normales”) quienes descienden y la padecen, es ahí cuando me siento algo fuerte.
Creo que es esa comparación de situaciones lo que la produce , pues yo tengo la
experiencia de la batalla constante a mí favor… Pero solo es un momento... Porque ellos salen... y yo sigo en
la trinchera esperando la explosión. Entonces la angustia reflota y todo se siente peor.
Bueno señor , tu eres el especialista en mentes, me gustaría
que me ayudes a buscar las causas de mis sentimientos, no opondré resistencia y
contaré todos los hechos que me han pasado que usted crea puedan haber marcado mi vida y mi manera de "sentir".
...
Ahora me ha invadido el sueño.. se desvanece la figura del psicólogo
imaginado, con él se va todo lo relatado y sé que mañana lo olvidaré y sé que tal vez ni siquiera me levante para ir a la consulta con el sujeto real.
magnificamente maravilloso lo mejor ha sido el final en eso se resuelve mi vida
ResponderEliminar