La mosca nunca puede ver el frasco que la atrapa, es invisible dentro de su mundo, escapa a lo que puede percibir. Todos somos una mosca en algunos aspectos, desde cosas muy obvias, como que no podemos ver el viento a otras que son más difíciles de darse cuenta, que quizá es necesario salir un poco de la rutina, de lo que estamos acostumbrados para poder llegar a dar con el cristal del frasco y recién ahí, alarmarnos porque estamos atrapados y quizá, sin salida.
Soy un tipo feliz, le decía hace unos años a un amigo ¿y como no voy a ser feliz?, si tenía todo lo que siempre quise. Hasta que vi el cristal. El cristal estaba ahí a la vista, todo el tiempo me gritaba en la cara cuando pasaba todo un día sin reír, cuando de repente me daba cuenta que ni siquiera recordaba cuando fue la última vez que visite a un amigo, o la última vez que decidí salir a hacer algo con mi mujer. En realidad, el cristal era tan tangible y tan real como todo en mi vida, pero si yo no lo miraba, nunca me iba a dar cuenta. Soy entonces más culpable que la mosca, porque la mosca sabemos que no puede ver un frasco, por mas que intente.
Yo soy una persona que simplemente había olvidado mirar, enfrascado literalmente por propia decisión, o mejor dicho, por falta de decisión.
Además, también a favor de la mosca, ella trata de pasar al cristal y no puede, yo debería poder pasarlo, pero acá sigo dando mas y mas vueltas en el frasco que ya lo conozco a la perfección, ya no hay nada que me altere y soy el rey del frasco, tengo todo lo que necesito para no ver que no vivo.
¿Hasta qué punto no quiero o no puedo salir del frasco? ¿somos responsables de las barreras que levantamos, o una vez que las hicimos podemos quejarnos y sufrir por lo que previamente armamos?.
Yo creo que soy el rey del frasco porque acá no me falta nada, pero la verdad es que no hay nada que necesite más que atravesar este cristal.
Escrito por ~ Sentiment Of Darkness ~ a las 7:30 a. m. Existieron 7 comentarios:
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