lunes, 18 de septiembre de 2023

Melancolía

                                                                                                           A Domingo Bolívar

Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía

Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.

Voy bajo tempestades y tormentas

ciego de ensueño y loco de armonía.


Ese es mi mal, soñar. La poesía

es la camisa férrea de mil puntas cruentas

que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas    

dejan caer las gotas de mi melancolía.


Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo.

a veces me parece que el camino es muy largo

y a veces que es muy corto…


Y en este titubeo de aliento y agonía,

cargo lleno de penas lo que apenas soporto.

¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?


Rubén Darío. (1905). "Melancolía". Cantos de vida y esperanza.

lunes, 17 de julio de 2023

Ya no me importa, ya no

Sentado en una silla, encerrado en mi habitación, sin ver ninguna solución, sin ver ningún otro camino, solo me queda escapar de esta mala vida que me ha tocado llevar.

Abro el cajón de mi mesita y cojo la cuchilla de metal que se encuentra dentro.

Con la mano derecha y me corto desde la muñeca hasta el codo las venas de mi brazo izquierdo, la sangre no tarda en brotar, empiezo a sentir un profundo escozor, un intenso dolor que con el paso del tiempo va en aumento. Ya es demasiado tarde, sería inútil rendirse ahora. Cojo la cuchilla con la mano izquierda, que aunque con cierta dificultad, logro repetir el proceso pero esta vez en mi brazo derecho.

Me levanto del sitio, se me cae la cuchilla de los dedos, siento como las fuerzas me abandonan lentamente, poco a poco van desapareciendo, se van junto con lo que queda de mi alma, que entre susurros grita de tristeza y soledad.

Me dirijo al baño, me doy cuenta de que la bañera ya está llena, me voy metiendo poco a poco, hasta que por fin, mi cuerpo queda sumergido en el agua caliente de la bañera.

Poco a poco, el agua va perdiendo el color limpio y cristalino por un rojo claro proveniente de mis venas. Noto como pierdo por completo mis fuerzas, empiezo a perder la visión, la cabeza me da vueltas, pero ya no me importa, ya no. Porque por una vez en mi vida voy a ser libre, libre de todo lo que me rodea, libre de toda la gente que tanto mal me ha hecho o me ha dado la espalda, libre de todos mis errores y fracasos, libre de esta agonía que me ha estado consumiendo todo este tiempo.

Mis ojos se cierran, mi cuerpo ya no nota nada, el cual poco a poco se termina de sumergir por completo en el agua. Ya se acabó, por fin se acabó...

Escrito por Recueillement en Cuéntanos a todos.