martes, 5 de marzo de 2019

He llegado al punto



Descendido a lo profundo,

donde la luz enceguece mis ojos,

pero no calienta mi espíritu.

Donde la noche acompaña

en su muerta y pacifica soledad.

El silencio insoportable que la música calla

con melodías saturadas de deseos imposibles

y posibles fines al alcance de la mano.

Donde ni el amor puede llegar y

lo triste es lo habitual.